He dejado de comer manzanas, un cambio se está operando en mí. No sé bien que significa esta transformación, una sed de vida se ha apoderado de mí así como una angustia cada vez más grande por entender la vida. Mi corazón no deja de abrirse y al mismo tiempo de confundirse, ama y se entrega de maneras incomprensibles, contenerlo es igual de doloroso que destruirlo. No sé que soy ni sé qué tengo, sólo sufro por momentos, mi alma me tortura, no sé a dónde pertenezco.
Palabras de enojo, De felicidad, Espontáneas, Nadie las toma en serio pero tú. Por ser espontáneas creen que escapan a la reflexión. Pueden perdonarse, son ajenas a la voluntad. Creen que son meros reflejos, rezagos de nuestras emociones. Sólo tú sabes que son pensamientos inmaduros, mal formados, profundos y siempre voluntarios. Cada palabra tiene su peso, un valor y un poder. Ninguna palabra puede ignorarse bajo pretexto que se dijo espontáneamente, eso me lo enseñaste tú.
Comentarios
Publicar un comentario