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Mostrando entradas de febrero, 2016

Cette terre

Cette terre ne m'appartient pas,  mais je ne lui appartiens pas non plus.  Cette langue qui est supposément la mienne  est criblée d'erreurs et d'horreurs  dont ma pensée est sûrement l'héritière.   Je ne suis ici qu'un buisson enraciné qu'à moitié,  cultivé qu'en partie,  vivant que de la moitié d'eau dont  j'ai besoin,  de la moitié de soleil dont je rêvais avoir,  de la moitié de terre dont je pensais avoir droit.  Mais rien est acquis.

Llamada dominical

Esa mañana el teléfono sonó temprano, era domingo y nadie solía llamar antes de la 1:00. Rafael estaba sentado en el sillón verde del comedor, le agradaba sentarse ahí porque no daba el sol y decía que era el sillón más acolchonado. Ariana estaba sentada sobre la barra de la cocina, su té en la mano, observando a los vecinos del piso de abajo en su trajín cotidiano. Ariana había tenido tres hijos, todos varones y los tres con Rafael. Se habían instalado fuera de la ciudad y venían cada que podían a verlos. Nunca se organizaban para hacer sus visitas, y cada navidad solía pasarse en la espera de recibirlos a los tres al mismo tiempo. Esa mañana Rafael leía el periódico, no solía hacerlo pero el día anterior uno de sus colegas de trabajo le había recomendado leer la columna de deportes y a eso se dedicaba. Ariana tomaba siempre su té a la ventana, le gustaba sentirse como un espectador del mundo, un testigo invisible de lo común y corriente de la vida. El teléfono sonó cuatro

De Argentina a las Antillas, El Aleph

« Quiza los dioses no me negarian el hallazgo de una imagen equivalente, pero este informe quedaria contaminado de literatura, de falsedad. » « Temi que no quedara una sola cosa capaz de sorprenderme, temi que no me abandonara jamas la impresion de volver. Felizmente, al cabo de unas noches de insomnio, me trabajo otra vez el olvido. » El Aleph -Borges 2 de diciembre 2015 Cerré los ojos y entonces vi El Aleph...esta semana volví a leer este famoso cuento de Borges, y una vez más quedé perpleja. Ni particularmente emocionada ni totalmente sorprendida, el relato es ciertamente excelente, pienso que existe El Aleph en Argentina, aunque Borges haya tenido que decir que no. Pienso que existe El Aleph en Algeria y también en Nueva Guinea. No pienso que uno sea falso y otro verdadero, sino que son el mismo pero en diversos lugares sin realmente estar ahi, o quizá sí, pero no podemos dar cuenta de ello. Sin embargo El Aleph no esta en todas partes ; podria encontrarse