He venido por ti. Vine para hacer todas las cosas que tu madre soñó que harías pero no pudiste realizar porque tú no eres de los que huyen. Me enseñaste a hablar cuando necesario y a retirarme cuando las cosas no dependían de mí y aunque tú siempre preferiste luchar te hice caso.
Hoy pudiste ver a través de mi mente,y no era yo la que sonreía, eras tú.
Tampoco hablaba o entendía cosa alguna. Todo el tiempo fuiste tú.
Entendí que me habías dejado una misión muy importante, transmitir tu pasión por todas las cosas bellas que nos rodean. Amas tu tierra, tu gente, los sonidos y colores que emanan de ella te mostraron una forma diferente de ver el mundo y ahora ese mundo lo vemos juntos. Veo a través de lo que me has transmitido y todo ese tiempo sé que que puedes captar lo mismo que yo.
En un instante supe que me habías llevado hasta ese preciso lugar.
Querías que siguiera aprendiendo todas las cosas que la vida jamás puede enseñarnos totalmente y que debemos transmitir a quien amamos si algún día deseamos realmente ver mejor. No sé cuanto me demore en esta aventura insólita ni qué llegaremos a aprender de todo ello. Pero he entendido una de las tantas misiones de este viaje y eso ya es algo.
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