Te quiero, te quise y te sigo queriendo. Teníamos un mundo maravilloso, lleno de fantasías e ilusiones. El mundo era para nosotros una ficción, el mundo nos lastimaba, así que construimos otro, tan nuestro y tan único que todavía lo siento. Y no me di cuenta en ese momento que en mis fábulas estabas tú como narrador. Te hiciste parte de mí, yo no lo supe, simplemente te tenía conmigo y eso me hacía bien. No supe hasta ayer lo mucho que te tengo metido en mí. Te tengo metido en el alma, en el fondo de mi corazón, en los monstruos y gigantes que nos inventamos.
Y te quiero feliz, porque siempre pude ver en ti algo tan colorido, que me hacía sentir especial. Me sentía especial a tu lado porque te dejabas ver por momentos, todo el tiempo, de manera confusa y casi resbaladiza. Puede que hoy esté triste, triste de ver que eso pasó hace tiempo y que construimos otros mundos. Pero no estaré triste siempre. No dejemos nuestras quimeras de lado, alimentémoslas como lo hacíamos antes, aunque ya no desde esa inocencia compartida. Llenemos de locuras este mundo desde nuevos horizontes; porque el mundo no ha dejado de lastimarnos, porque seguimos huyendo de sus extrañas sombras y sólo así entendimos como liberarnos de él.
<3
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