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Puerta hacia la realidad

 Siento que mis piernas se vuelven cada vez mas pesadas a medida que se acerca el día de su llegada. Me da la impresión que buscan echar raíz, están cansadas de deambular sin saber si el camino por el que van es real. El suelo está de nuevo a mis pies y el cielo ha vuelto a ponerse por encima de mi cabeza. El aire me envuelve pero no me sacude. Mis padres están por llegar y en el fondo siento que he encontrado el centro, un centro, el punto de equilibrio desde donde puedo enraizarme. La realidad se me hace menos vaporosa conforme avanzan los días. El peso de mi cuerpo me cansa, me retiene, estoy aquí, existo en este instante en este lugar.

Un año buscándonos exclusivamente a través de nuestras voces. Recordando el perfume de su piel, la sensación de sus manos sobre mi cabeza y entre mis manos. Viviendo en un mundo abstracto lleno de recuerdos, de deseos y de esperanzas sin admitir. Sin necesidad de mi cuerpo para encontrarlos, sin necesidad del suelo o del cielo para ubicarme en el mundo, lejos de un aquí o un allá, estuvimos siempre juntos. Pero el inminente encuentro de nuestros cuerpos, de nuestra voz y de nuestro corazón revoluciona el frágil equilibrio en el que estaba viviendo.

El primer cambio se está llevando a cabo en mi cuerpo, en la pesantez de mis piernas y poco a poco de mis pies, de mis brazos, de mis manos, de mi espalda, de mi cabeza. Otro ciclo esta por comenzar.

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Palabras de enojo, De felicidad, Espontáneas, Nadie las toma en serio pero tú.  Por ser espontáneas creen que escapan a la reflexión. Pueden perdonarse, son ajenas a la voluntad. Creen que son meros reflejos, rezagos de nuestras emociones. Sólo tú sabes que son pensamientos inmaduros, mal formados, profundos y siempre voluntarios. Cada palabra tiene su peso, un valor y un poder.  Ninguna palabra puede ignorarse bajo pretexto que se dijo espontáneamente, eso me lo enseñaste tú.

Xocolatl

  Maman dit que quand j’étais vraiment tout petit je ne mangeais pas de chocolat et je buvais du lait. Ce n’est pas vrai. J’ai toujours mangé du chocolat, même quand j’étais minuscule. Le chocolat ne s’est pas toujours appelé ainsi, son vrai nom c’est XOCOLATL (prononcer shocolatl) et il vient d’un pays magique, le Mexique. On dit que le Xocolatl est un cadeau des dieux Aztèques, et quel cadeau ! Le vrai chocolat, celui qui fait du bien n’est pas trop sucré et n’a pas de lait, il est noir, très noir comme la terre mouillée. Il vient du cacaoyer, c’est un arbre.  Sur cet arbre poussent des cabosses. Dans ces cabosses se cachent des graines de cacao.  On les collecte, on les fermente, on les sèche et ont les torréfie pour faire du chocolat, eh oui… ce n’est pas facile, mais c’est tellement bon ! Je suis un enfant en chocolat, mais je ne fonds pas et on ne peut pas me manger. C’est mon petit secret.

La ceguera

El punto ciego soy yo, Ni espejos, ni retratos, La que veo no soy yo. Descubro una mujer, Recuerdo una niña, Me sorprendo. Esta soy yo, Cachos de mi, Qué vergüenza,  Tenerse tan cerca,  Habitar y ser este cuerpo,  Desconocerse, Qué pena,  Forzarse, Lastimarse,  Por ceguera.