Ciudad de México – 2010
Todo
momento se resume en este presente que habito, en el futuro al que creo poder
llegar y en el pasado que no deja de volver a mí como una pesadilla. Toda mi
historia contada como una tragedia, mi propia existencia poniéndose a prueba.
El siguiente paso podría ser la inanición, quedarme en cama todo el día, quizá
en una clínica que vaciaría el monedero de mis padres y me harían morir antes
de culpa que de desnutrición. Mi cuerpo de mujer puesto a prueba, quizá ahí se
me iba la oportunidad de tener hijos más tarde. No que los quisiera en ese
momento, pero en este presente que no cesa de volver me habría hecho estéril,
sería estéril, soy estéril. Nada puede nacer de este cuerpo seco, de esta mente
tiranizada y ahora vacía.
“He
intentado escribirte Eduardo, pero ya no puedo decirte nada. Ni los poemas
absurdos que te solía hacer me nacen ahora. Pero sé que este no es el final
para mí porque algo en el fondo se revuela al verme tan apagada, como una braza
que se resiste a la dominación de las cenizas. Soy un poco narcisista, y
siempre he pensado que alguien debería escribir un libro sobre mí, y creo que
si ese alguien existiera diría que se puede ver detrás de mi tristeza una
estrella fugaz. Te quiero Eduardo, y porque te quiero nunca te diré todo esto,
porque aunque quieras oírlo no nos sacara de la neblina. Te diré que tenemos que
separarnos, por nuestro bien y sabes que solo digo la verdad. Te mentiré porque
no te confesaré lo mucho que tienes que ver en mi enfermedad y también en mi
recuperación, no te lo diré porque no sabré decirlo mañana, siempre encuentro
las palabras adecuadas entre sueños, como si los dioses me ayudaran un poco a
pensar bien las cosas. Pero al despertarme apenas sabré decir mi abecedario y
entonces preferiré decirte que te dejo porque es mejor así. Si pudieras sentir
esa braza luchar por su existencia en mi interior, tu corazón entero me
abrazaría y formaríamos un solo cuerpo y no querrías dejarme jamás, ni yo a ti.
Sin embargo algo me dice que me falta mucho aún para renacer de mis cenizas y
ya sabes el resto. Eduardo no olvides que te quiero.”
θάρσει.
ResponderEliminar:D!
Eliminar