Han aplastado
nuestros sueños. Construimos algo y dejan que el tiempo acabe con él, jamás nos han dejado recuperarlo. Les damos nuestro tiempo y esperanza pero
siempre se la llevan toda.
No nos quieren
muertos, o eso pienso yo, ya que de quererlo nos hubieran matado desde el
principio. Los hemos visto, descuartizando gente, llevándolos al matadero o
simplemente disparando con sus metralletas.
Desde el momento
que nacimos estábamos muertos, no existimos, solo estamos. Te han dejado creer
que puedes hacer que las cosas cambien a tu alrededor, pero tú no puedes nada.
Me han hecho creer que puedo moldear el futuro, pero todo lo que me rodea me
constriñe.
Cuántas palabras
y razonamientos hemos compartido, tú y yo a lo largo de estos años. Cuántos
sueños han dibujado nuestras noches. Pero eso fue hace mucho tiempo, antes de
que nos dijeran que los museos se habían acondicionado como cárceles y las
primarias en prostíbulos. Porque no importan las buenas intenciones ni los
esfuerzos cuando uno no existe.
Estamos aquí como
podríamos estar en cualquier otro lugar, no importa. Nos han dejado actuar
libremente hasta que interferimos con sus planes. Creemos en la libertad que
nos entregan hasta que entendemos que es solo una apariencia.
Y yo me siento
tan de sobra en este lugar, si desaparezco todo seguirá igual. Quizá tú también
debas desaparecer, o todos debamos irnos, renunciar a la muerte en vida que nos
han dejado. Renunciar a la deshonra de ser engañados una y otra vez.
Lo que veo
es dolor. No siento más la ilusión antigua de nuestras conversaciones
acaloradas. Moldear el mundo es algo que no me pertenece, no en este rincón del
universo, no en mi situación actual.
Soy invisible, apenas
un poco de calor sale de mi interior. Avanzo sin rumbo, desinteresada por todo
sin lugar de pertenencia. Y tú, creo que ya te fuiste. Esto es lo que nos han
dejado, con esto debemos cargar.
Carga el peso de saberte tratado como un tarado y quizá de saberte un completo idiota por no hacer nada. La imaginación y el buen juicio nos han dejado. Nos movemos como seres temerosos y pasionales. Todas las contradicciones se unen en nuestro centro. Se burlan de nosotros, somos patéticos, simplemente patéticos.
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