Recorrer la ciudad es recordarnos, volver a leer los pasajes de nuestra intimidad, volverte a descubrir a pesar de la distancia del tiempo. Rejuvenezco, veo el recuerdo de tu rostro sin los tremores de la pasión, llena de la paz que me da saber que amé y fui amada. No existe el tiempo, soy mujer, niña y adolescente. No somos nosotros los que se materializan sino quién fuimos, renace lo que creamos, los cimientos de un amor joven, inexperto, doloroso, libre ahora en un mundo sin reglas. Calleslibro, cada espacio ocupado por nuestras risas, susurros y llantos. No hay espacio para correcciones no hay lugar para historias nuevas. La ciudad me empuja hacia nuevos horizontes, me invita a seguir escribiendo, me obliga a mantenerme en el presente.
Sigo buscando el principio de mi historia.