Nací un 23 de octubre y el mundo se me aparecía como una evidencia. El mundo nació de la mano de un poeta, Y su existencia nunca fue una evidencia. De su palabra se forjaron cuerpos, almas y corazones Y de sus silencios se nutrieron los mares del universo. Evidente era la belleza del mundo para la creación, Aparente como una serie de poemarios Místicamente uno mismo. Y ya embriagados por su arte Empezamos a recitar fragmentos, Descubriendo con amargura que siempre Pronunciabamos un verbo diverso. Y supimos Que la palabra se nos escapaba de los labios, Pero seguimos recitando, Y seguimos piando. Poeta, creador y creado, Nosotros humanos, Venimos a contemplar la evidencia De los límites de nuestra lengua. Oh poeta Yo vine a piar, A ladrar, A silbar, Las mayores evidencias, Incluso la de mi propia inexistencia. ...
Sigo buscando el principio de mi historia.