En mis fotos veo los secretos que mi sonrisa intenta ocultar. Las redes sociales me permitieron mostrar el rostro que yo misma deseaba ver, el de una chica feliz rodeada de amistades y una vida llena de ambiciones. En el fondo (¿cuál fondo?) no había nada de todo eso, sino un hueco, una oscuridad tremenda de la cual resonaba una voz. En mis fotos leo mi lucha contra esa voz, intentaba ignorarla, buscaba rodearme de pruebas de mi felicidad, de mi fortaleza… me sabía más imponente que esa voz pero me llevaba. No había un camino preciso, simplemente era profundo, lleno de contradicciones y obstáculos, parecía impenetrable y aun así me tragaba. La tristeza de mis ojos, el cansancio de mi corazón, la batalla más dura de mi vida hasta ahora. Son pocas las fotos que me relajan, momentos in fraganti donde toda noción de lucha desaparece y parezco vivir el instante. Insouciance eternelle . Me siento bien al verme, casi orgullosa de mí misma. Hoy mi sonrisa no la utilizo para persuad...
Sigo buscando el principio de mi historia.