Ciudad de México – 2010 “ And if I go insane, will you still let me join in with the game?” Por momentos me preguntaba si mi padre tenía razón. ¿Sería que mi juego era peligroso? El cansancio físico me preocupaba, la vida no podía ser sólo eso: cansancio, tristeza, hambre, ansiedad e anche brevi momenti di allegrezza . El día lo pasaba en la espera de la noche. La noche era algo así como un oasis y una prisión, mis llantos resonaban en mi pecho y también mis impulsos reformistas. Nuevos mundos nacían a mis pies y yo era reina suprema de todos ellos, me bastaba cerrar mis ojos y soñarlos todos. De noche mi alma salía de mi cuerpo y hacía y decía todas aquellas cosas que de día no podía decir ni hacer por exceso de cansancio. De noche podía encontrar una solución a todos mis problemas del día, cada amanecer era una nueva promesa de libertad. Por desgracia esta desaparecía al recordar el hambre y el doloroso momento de elegir algo que me fuera permitido comer. Mi lista de al...
Sigo buscando el principio de mi historia.