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Mostrando entradas de febrero, 2011

Sal

Quisiera hacerme de tus ojos y de tus palabras, quisiera resolver el problema infinito entre mi corazón y el mundo. Sería una gota de sal chocando contra la roca, formando lentamente una cueva, escucharía la tierra cantar su tierno lamento. Toda su belleza se intensificaría, los árboles tomarían otras formas, las flores adornarían los desiertos, los frutos desprenderían sus perfumes; escucharía la tierra suspirar, aliviada. Estarías sentado en algún lugar desierto con una piedra en tu mano, le hablarías y harías de ella algo mayor: la harías moldeable. Una nueva figura descansaría a tu lado, finamente esculpida, atada a ti, con manos y labios de seda. Un cuerpo seductor deslizándose por tu espalda, tus piernas, tu pecho y tu cuello  te ahogaría suavemente con su beso. La tomarías poco a poco, y por un momento te perderías en ella, te verías a ti mismo en un torbellino, buscándote en sus ojos. Por un instante estarían en el mismo lugar. Volverás en ti, y...

Un secreto

Creo que hace mucho alguien me contó un secreto muy grande y poderoso, un secreto que todos los días intento recordar, pero por mi poca experiencia tanto en la vida como con las palabras no consigo recordar. A veces siento que se muestra ante mí disfrazado de fantasma y tengo miedo. No puedo decirte qué es, sino ya no sería un secreto. Esa persona me dijo muchas otras cosas, muchas inútiles sin las cuales tampoco podría vivir. Me dijo que antes de dormir es indispensable sonreír un poco y soltar una que otra lágrima. Me contó de los males de amores pero no de los “bienes”. Habló de la infinidad de besos que existen. Me mostró la fuerza destructora de los torbellinos. La importancia del tono de la voz. El sonido de la tristeza, el ruido mudo de la felicidad. Recuerdo que llevaba un manto de estrellas negras, que sus ideas nunca parecían claras, que me hablaba muy suave como si temiera despertarme de un sueño maravilloso. Yo era bonita, pequeña y feliz; todo lo que sabía era claro y bell...