La casa sigue llena de ruido, Ángela no quiere volver al bullicio, las caguamas vacías regadas por la cocina, el olor a cigarro impreso hasta en las toallas, risas tontas que se elevan al techo. El parque está prohibido, es de noche, la inseguridad asalta, hombre sin rostro que parece amezanarnos a todos detrás de todo árbol. ¿Quién es ella? ¿Por qué tanto ruido? ¿Para que jugar a ser toda una dama? Tonta prima, no es ninguna de las cosas que pretende ser, sin embargo algo bueno debe de tener, el enojo recorre las venas de Ángela. -¿Oye, quieres salir hoy? pregunta Federico -Sólo puedo por la noche. Responde Ángela -Uh, en la noche no puedo, hay demaciado tráfico. -Ah, bueno entonces te marco. ¿Y si el día empezara de noche, no serían las cosas más sencillas? conciertos nocturnos, todos los días y no sólo en domingos culturales . El día se compone de momentos yuxtapuestos y convertibles. La ciudad se ve gris, está muerta junto con toda la gente sonámbula que quiere entrar a casa ...
Sigo buscando el principio de mi historia.